No siempre te encuentras con alguien que te pueda ejercer masajes relajantes, Te sietes contracturada pero en ese momento no puedes recurrir a un spa, tampoco tu pareja sabe hacer masajes, pero sientes dolores. Ese es el momento de pensar en los auto masajes en la espalda.
Aprenderlos es muy fácil y podrás olvidarte si al lado no tienes alguien que pueda ayudarte con tus dolores. Estás tranquila en tu casa. Recuéstate de espaldas, las piernas las vas flexionar de modo tal que cruces los tobillos y puedas sostenerlos con los brazos, para ello acercarás las piernas hacia el abdomen. Con las piernas en esta posición vas a encorvarte para que la espalda continúe apoyada sobre el suelo pero que te permita hamacarte a un costado y al otro alternadamente.
Ahora vas a sentarte flexionando las rodillas. Las manos las colocarás sosteniéndote lo muslos. Tal vez esta sea una posición que te recuerda la niñez. Vas hamacarte llevando las piernas hacia atrás de la cabeza, luego volverás hacia adelante. Hamácate como si estuvieses en un columpio, siempre despacio.
También puedes sostenerte de los dedos de los pies. Otro ejercicio consiste en que comiences sentada con las piernas estiradas apoyando las manos sobre las rodillas, luego te vas a inclinar hacia atrás para apoyar la espalda en el suelo, las manos seguirán en el mismo lugar deslizándose, porque luego regresarás a la posición inicial y repetirás el ejercicio. Estarán trabajando los abdominales. También puedes hacer este mismo ejercicio con los brazos cruzados o con las manos por detrás de la cabeza. Lo más importante es que siempre puedas hacer la fuerza con los músculos abdominales, luego puedes colocar las manos donde te resulte más cómodo, siempre que no hagas la fuerza con la espalda.
Esto es lo más importante cuando haces ejercicios abdominales a pesar que en este caso estarás haciendo también un automasaje para la espalda. Acuéstate boca arriba apoyando las manos en la cadera, levanta repentinamente una pierna como si estuvieses dando un puntapié primero con la pierna derecha y luego haz lo mismo con la pierna izquierda. Vuelve a repetir los puntapiés pero levantando un poco más las piernas para sentarte sin ayudarte con las manos.
Aprenderlos es muy fácil y podrás olvidarte si al lado no tienes alguien que pueda ayudarte con tus dolores. Estás tranquila en tu casa. Recuéstate de espaldas, las piernas las vas flexionar de modo tal que cruces los tobillos y puedas sostenerlos con los brazos, para ello acercarás las piernas hacia el abdomen. Con las piernas en esta posición vas a encorvarte para que la espalda continúe apoyada sobre el suelo pero que te permita hamacarte a un costado y al otro alternadamente.
Ahora vas a sentarte flexionando las rodillas. Las manos las colocarás sosteniéndote lo muslos. Tal vez esta sea una posición que te recuerda la niñez. Vas hamacarte llevando las piernas hacia atrás de la cabeza, luego volverás hacia adelante. Hamácate como si estuvieses en un columpio, siempre despacio.
También puedes sostenerte de los dedos de los pies. Otro ejercicio consiste en que comiences sentada con las piernas estiradas apoyando las manos sobre las rodillas, luego te vas a inclinar hacia atrás para apoyar la espalda en el suelo, las manos seguirán en el mismo lugar deslizándose, porque luego regresarás a la posición inicial y repetirás el ejercicio. Estarán trabajando los abdominales. También puedes hacer este mismo ejercicio con los brazos cruzados o con las manos por detrás de la cabeza. Lo más importante es que siempre puedas hacer la fuerza con los músculos abdominales, luego puedes colocar las manos donde te resulte más cómodo, siempre que no hagas la fuerza con la espalda.
Esto es lo más importante cuando haces ejercicios abdominales a pesar que en este caso estarás haciendo también un automasaje para la espalda. Acuéstate boca arriba apoyando las manos en la cadera, levanta repentinamente una pierna como si estuvieses dando un puntapié primero con la pierna derecha y luego haz lo mismo con la pierna izquierda. Vuelve a repetir los puntapiés pero levantando un poco más las piernas para sentarte sin ayudarte con las manos.
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