viernes, 12 de marzo de 2010

Los efectos estéticos de la radiofrecuencia

Los aparatos de radiofrecuencia calientan el interior del organismo para acelerar nuestro proceso regenerador, ralentizado por el paso de los años. Consiguen hacer creer al cuerpo que la zona que se ha calentado ha sufrido un trauma o un golpe (ese tipo de agresiones normalmente producen un tipo de fiebre muy similar al calor de la radiofrecuencia) y, el cuerpo, engañado, se pone a enviar cantidad de elementos reparadores para intentar curar ese supuesto «foco dañado».

Esto hace que la piel se terse. Por otra parte, ese calor disuelve la grasa, y se reducen centímetros. También potencia que los radicales libres (toxinas) que circulan por el área tratada se dividan en moléculas más pequeñas, y con esto la linfa puede recogerlos más fácilmente para eliminarlos por la orina.Otro efecto positivo es que hace que los líquidos corporales (sangre arterial, venosa y linfa) vayan mucho más rápido, por lo que es beneficioso para las personas con problemas circulatorios y piernas cansadas.

¿Más ventajas? El aumento de temperatura interna «baña» con sangre arterial, rica en oxígeno y nutrientes, los tejidos seleccionados (cara, pecho, muslos, etc.) y esto es importante porque la epidermis, junto al cabello y las uñas, son los elementos que el cuerpo considera «más superficiales» y, por tanto, los primeros a los que las arterias dejan de suministrar sangre «limpia» cuando se inicia el proceso de envejecimiento, guardando la «mejor» para otros órganos más vitales como el corazón, el riñón, etc.

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